lunes, 16 de enero de 2012

Budapest. Dos ciudades en una. Parte I.

por José Manuel Beltrán.

Buda y Pest. El Danubio divide, pero no separa a esta bella ciudad.

Los lugares de la antigua época romana, los baños turcos que siguen funcionando, las herencias del gótico y del barroco y los recuerdos arquitectónicos del Bauhaus, se encuentran unos al lado del otro. La actual capital de Hungría, Budapest, puede estar orgullosa de tener dos lugares que forman parte del Patrimonio de la Humanidad, UNESCO: el panorama de las orillas del gran Danubio, desde 1.987, y la avenida Andrássy desde 2.002.

Llegamos a la ciudad el 23 de octubre, consecuencia de nuestro recorrido en un crucero por el Danubio, cuando toda Budapest hervía en la celebración de su Fiesta Nacional. El cielo, de un color gris plomizo, no nos aventuraba disponer de las mejores condiciones para nuestras fotografías, aunque lo que quedó en nuestra retina es difícil de olvidar. Será esta crónica una breve pincelada de Budapest porque, ya os lo aseguro, la ciudad merece una parada y fonda mucho más amplia.
El Danubio, por medio de su gran cauce, y los puentes que lo atraviesan, algunos preciosos como el de Las Cadenas, divide a la ciudad en dos mitades. Con la orientación de su desembocadura, Buda se localiza en su orilla derecha y, a su izquierda, Pest es la parte más monumental de la ciudad con grandes avenidas como San István y la Andrássy, donde se ubican señoriales mansiones.

Podríamos decir que es en la colina de Buda donde se concentran los orígenes de la ciudad. Acceder a ella lo haremos atravesando el elegante Puente de las Cadenas. Construido entre 1.839 y 1.849, es el primero de estructura fija en ser edificado. Su constructor, Adam Clark, se apostó que se tiraría al Danubio si alguien encontraba algún defecto. Evidentemente lo cumplió: los leones no tenían lengua. Subir a Várhegy, la colina del castillo, lo podemos hacer andando o, mucho mejor, tomando el funicular de Budavári Sikió que nos dejará en la plaza de San Jorge (Szent György) en la parte norte del Palacio Real (Királyi Palota).  

El recinto del Castillo de Buda, en todo lo alto del barrio del Castillo, es uno de los monumentos más visitados de Budapest dado que, como Palacio Real, es uno de los símbolos del país. Este barrio, donde todavía algunas de sus calles permanecen empedradas, da cabida a la Galería Nacional, al Museo de Historia, a la Biblioteca Nacional, a la Farmacia del Águila Dorada, en la calle Támok utca, que fue la antigua farmacia del castillo,  y a tres famosas iglesias, entre las que destaca sobremanera la católica de San Matías o de la Coronación del Castillo de Buda, situada en la plaza Szentháromság (de la Trinidad). A pesar de una importante reforma, a finales del siglo XIX, la iglesia fue construida entre los siglos XIII y XV. En época real se utilizó para la coronaciones reales, la última la de último rey de los Habsburgo, Carlos IV, en 1.916. Al igual que en el resto de las iglesias de Budapest, por sus excelentes condiciones acústicas, se celebran aquí conciertos de música clásica. No os perdáis la oportunidad de asistir a alguno de ellos, si tenéis tiempo suficiente.

Un buen strudet, típico pastel húngaro, acompañado de un café caliente lo podemos saborear, con un típico olor a cereza, en Ruzwurum, en la calle Szentháromság utca. Muy cerca de aquí, al salir, si cumplimos la tradición de los estudiantes, podremos acariciar los testículos de la estatua ecuestre de Andás Hadik, mariscal de los húsares que luchó contra los turcos. La razón de que los testículos del caballo estén tan brillantes es que es tradición entre los estudiantes sacarles brillo antes de un examen. Nosotros también lo hicimos pues nuestro examen era seguir visitando Budapest.

 Nos dirigimos ahora a Úri utca, la calle de los Nobles. Es la calle más larga y antigua del barrio de Buda. Es cierto que la mayor parte de todo este recinto, incluido el Palacio, fue destruido por los bombardeos durante la II Guerra Mundial. La reconstrucción, a partir de 1.950, ha respetado su aspecto anterior. Fachadas góticas, como la casa Höbling en el número 31 o, de camino, al Laberinto de Buda, también podemos ver en la fachada del 19, un reloj de sol que parece una tumba. El Laberinto de Buda, a la altura del número 9, recoge ahora un pequeño teatro de marionetas. Se le denomina así porque da acceso a un entramado subterráneo de túneles que, además de servir de refugio en la II Guerra Mundial, fueron utilizados como bodegas y fuente de agua desde el siglo XVI.

El Bastión de los Pescadores, cuya fachada principal paralela al Danubio tiene 140 metros, es una estupenda atalaya donde divisar Pest donde destaca la vista del Parlamento. Sus siete torres, terminadas en pico, representan a los siete caudillos húngaros conquistadores de la patria. Se construyó en estilo neoromano, entre 1.895 y 1.902, en sustitución de los muros del Castillo de Buda. Su curioso nombre viene dado porque, en la Edad Media, esta parte del muro fue defendida por el gremio de los pescadores. Curiosamente, desde mitad de octubre hasta mitad de marzo, se puede visitar libremente. En el resto del año, de 9 a 23 horas, hay que sacar entrada.



Por desgracia, nuestro tiempo era más bien escaso. Nos hubiera gustado deleitarnos más en Buda caminando por la Moskva tér, donde se encuentra la puerta de Viena, la entrada medieval  a la ciudad o, un poco más alejada, la Táncsis Mihály, repleta de bancos de piedra del siglo XVIII o, recorrer el barrio del Tabán y ascender a la colina Gellért, donde existe un curioso templo tallado en la roca y unos baños de origen 
turco. 

De nuevo, a los pies del Danubio, atravesamos el puente de las Cadenas para continuar, en línea recta, hasta la Catedral de San Esteban, ya en Pest. Pero será esta otra ciudad, Pest, el motivo de nuestro siguiente post porque, ya sabéis, el Danubio y los puentes que lo atraviesan son el nexo de unión de las dos ciudades que forman Budapest.

Y ahora, como siempre, a la espera de la segunda parte, os deseo SALUD, ciudadanos viajeros.

12 comentarios:

  1. Bella, bellísima ciudad... o dos ciudades, en cualquier caso tenemos que volverr pues nos falto tiempo para darnos un baño en algun spa y también contemplar detenidamente esos monumentos que tan maravillosamente has descrito.
    Besitos especiales par ti compañero de viaje.

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  2. Me encantó esta ciudad cuando estuve y tienes razón, los pasteles están buenísimos, también fuimos a Ruzwurum a comerlos, jejejeje.
    La verdad es que le disteis un buen repaso a la ciudad!!! Un abrazo. ;-)

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  3. Mi querida Nuria,
    No hace falta que me hagas tanto la pelota. Volveremos, seguro que volveremos y te podrás dar tu bañito en la Isla Margarita. Un besito también para tí, querida Emperatriz.

    Hola Babyboom,
    ¿Verdad que están buenos los pasteles?. Todavía queda más repaso, pues falta Pest. Lástima que pillamos todo muy nublado pero, eaa, que se la va a hacer.
    Un besazo, ciudadana viajera, nos vemos en FITUR.

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  4. Preciosa ciudad y con tu relato haces que nos enamoremos más de ella. Es un destino que está pendiente de visitar y con ganas de conocer.
    Saludos

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  5. Que gracia me ha hecho lo de acariciar los testículos del caballo, me ha recordado al toro de la bolsa de Nueva York

    Un saludo viajero! te añado a mi lista de blogs

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  6. Bienvenido, cincuentones, a esta tu casa. El destino, ya te lo aseguro, no te defraudará y me alegra que ese enamoramiento sea a través de mi relato.
    Gracias por tu enlace.

    Hola Raquel,
    Creéme, los testículos están tan sobados que el bronce parece oro. Gracias por el enlace. Nos seguimos leyendo.

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  7. Me ha encantado este artìculo. Nunca he estado en Budapest pero a raìz de lo que escribes, creo que voy a tener que ir y pronto, por el momento esperarè la segunda parte de este artìculo. Un abrazo y muchas gracias, tu trabajo es fantàstico y envidiable.
    Sara m.

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  8. Hola José Manuel,

    Hace unos años estuve unos días visitando la ciudad. Me gustó en especial la visita al Parlamento, que además era gratuita, el puente principal, que estaba todo engalanado y por supuesto las vistas que se tienen desde la otra orilla de la ciudad.

    Un abrazo.

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  9. Hola prestiti on line,
    La segunda parte, al regreso de FITUR. No tardes en visitar Budapest porque, de verdad, merece la pena. me alegro que te haya gustado el artículo y, por supuesto, me gustaría volver a verte por esta, tu casa.

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  10. Hola Víctor,
    Las vistas, desde Buda, extraordinarias. El Parlamento, que imita al de Londres, es precioso y todos sus puentes tienen un atractivo especial. Y no digamos sus famosos baños.... Un abrazo, ciudadano viajero. Gracias por comentar.

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  11. Me fascinan los puentes y el de Las Cadenas me pareció una maravilla. Estupenda entrada, a mí me encantó la ciudad, pero hace muuuchos años que fuí, me gustaría volver, y al leertemehan dado aún más ganas. Enhorabuena por el relato!

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    1. Así me gusta; aparte de leerme te entran ganas de viajar. ¡Perfecto, misión cumplida!. La verdad es que Budapest merece ser visitada, una y otra vez...
      Gracias por tu comentario, ciudadana viajera...

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