lunes, 9 de junio de 2014

El Templo de Abu Simbel. El tesoro de los faraones.

Texto y fotos por ©José Manuel Beltrán

Enterrado en la arena durante siglos y a punto de ser tragado por las aguas por la construcción de la gran presa de Asuán. El Tesoro de los Faraones, sigue en pie.

En ocasiones el destino nos ofrece paradojas difíciles de entender. Los veinte años que se tardó en construir este majestuoso templo, allá por el 1284 aC., no son nada comparado con el tiempo que ha permanecido enterrado en la arena durante siglos. Mandado construir por Ramsés II, en realidad son dos templos, excavados en la roca. Uno de ellos, dedicado al propio faraón, como Dios del Sol. El otro, dedicado a su primera esposa y preferida, Nefertari.



Fue gracias al suizo Nurkhard cuando, en 1.813, los templos se descubren parcialmente. Cuatro años más tarde, el italiano y también explorador, Giovanni Belzoni, saca a la luz el resto del complejo.