Por José Manuel Beltrán
Un extenso parque, que contiene gran
cantidad de simbología, es el lugar elegido desde primera hora del día por
muchos de los nativos para hacer tai-chi, jugar al mahjong, bailar, practicar la caligrafía
artística o, simplemente, relajarse con las notas de los músicos aficionados.
El recinto del Templo del Cielo no nos dejará indiferentes.
Era una fría mañana del mes de enero. Nos disponíamos a
dejar Beijing, camino del aeropuerto en dirección a nuestro próximo destino: Wuhan.
Sin embargo, nuestro recorrido por la gran capital de China quedaría incompleto
sin nuestra visita al recinto de lo que fue el Jardín Imperial Antiguo de la
Dinastía Qing: el recinto del Templo del Cielo.
Su construcción, por orden del Emperador Yongle –el mismo que ordenó el inicio de las obras de la Ciudad Prohibida-, se inició en 1.420. Un siglo más tarde, así como en el siglo XVIII, los Emperadores Jianjing y Qiianlong procedieron a renovarlo y ampliarlo. El recinto es uno de los mayores conjuntos del mundo. Como es peculiar en toda china, las policromadas edificaciones son de madera (quizás así sea más fácil de entender la total prohibición para introducir mecheros en la casi totalidad de los lugares). Son muchas las representaciones artísticas que podemos encontrar, conjugándose con la simbología: las formas cuadradas significan la tierra; las circulares, el cielo. Nos encontramos pues, en un conjunto donde la armonía de la tierra y el cielo da lugar a las buenas cosechas, después de un periodo de ayuno y abstinencia.
Es así como en el mismo recinto, en dirección a la salida
norte, se encuentra el Templo para la Oración por una Buena Cosecha, por cierto el
mayor edificio de todo el recinto. Su tejado circular es azul, como el propio
cielo. Construido totalmente de madera, su estructura circular no contiene
ninguna viga ni soporte. Bien es verdad que lo que podemos ver ahora es una
fiel reconstrucción, realizada en 1.889, como consecuencia de un gran incendio
(paradojas de la vida, pues no creo que en esas fechas existiesen mecheros).
En el lado opuesto, sobre la salida sur, se encuentra el
Altar Circular. No tiene pérdida: un camino de piedra de 350 metros une ambas
edificaciones. Construido en 1.530, se erige sobre tres terrazas de mármol
blanco. En cada una de ellas, como no podía ser de otra forma, las escaleras
contienen 9 escalones, al ser éste –el 9- el número de la buena suerte para los
chinos. Aunque es el de menor tamaño de todos, los efectos acústicos son
increíbles. El Templo de la Bóveda Imperial y el Salón de la Abstinencia, donde
el Emperador pasaba la noche anterior a los rituales son los dos restantes
elementos arquitectónicos de este bello parque.
Llegar a él no ofrece problema. La línea 5 del metro,
parada Tiantan Dongmen Zhan, te deja en el mismo Parque Tiantan Gongyuan.
El precio de la entrada es de
30 yuanes (3,50€). Sin lugar a dudas es una visita imprescindible para quien
visite Beijing, y donde podrás mezclarte con la gente –tremendamente tranquila
pero muy amable- para observar lo que fuera de circuito turístico, es su forma
de entender la vida. Nosotros lo disfrutamos de la misma forma que te deseo a
ti, con SALUD, ciudadano viajero.
Que interesante! nosotros lo tenemos incluido, ya nos queda menos, me han encantado las fotos.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, malu2....
ResponderEliminarDebéis indicarle al guía si os puede ampliar el tiempo en esta visita; yo creo que merece la pena.... salud, ciudadana..... !!que poco te queda. ya me contarás aquí las experiencias!! No te olvides...
Me imagino que aunque no son muy dados a hablar inglés en las zonas turísticas los guías lo hablarán.
ResponderEliminarBonitas fotos. Un saludo.
Hola Ulises, !! Cuanto tiempo !!
ResponderEliminarAllí el inglés es muy poco hablado. No todos los guías lo conocen y ya no digamos en comercios, tiendas, mercadillos, taxistas e incluso hoteles.... Así que, nada mejor que aprender el idioma del país que se visita jajaja
Gracias por tu comentario, ciudadano y de las fotos.... Me hubiese gustado poner más pero no caben todas....
Un lugar perfecto para armonizar cuerpo y mente. Emite buenas vibraciones y me ha encantado. Beijing la ciudad de los contrastes no me ha dejado impasible, eso sí, hacía fressssquito. Besitos mi ciudadano especial,...
ResponderEliminarEspero que mis expectativas de este viaje que hare en julio tambien con la agencia francesa sinorama se cumplan.
ResponderEliminarCorrecto, Nuria. El frío no aminoró nuestras ganas para mezclarnos -aunque fuese solo un ratito- con la gente. Coincido contigo: un lugar para armonizar cuerpo y mente... Otro beso para ti, ciudadana viajera favorita.....
ResponderEliminarHola ana,
ResponderEliminarYo creo que si, que se cumplirán... En cualquier caso, aún cuando yo intente trasladar con mis artículos un poco de lo mágico de China, siempre debe ser el viajero quien descubra sensaciones...
A la vuelta espero que me lo cuentes aquí. Gracias por tu aportación, ciudadana viajera....
Con tu reportaje hemos recordado la belleza de este templo y la tranquilidad de la gente de esta gran ciudad.
ResponderEliminarSaludos.
Hola cincuentones,
ResponderEliminarMe alegro haberte traído buenos recuerdos. La verdad es que de este recinto no se puede nada más que decir buenas cosas.... Imprescindible su visita...
Gracias por tu comentario ciudadano viajero....
Voy en mayo de 2016. Muchas gracias por tus comentarios,
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