Introducción general.
Mallorca, localizada en la costa este de España, es la isla más grande de las Islas Baleares, en el Mediterráneo. En su capital, Palma de Mallorca, viven casi las dos terceras partes de la población total de las islas. La Ciutat, como se denomina por los locales, se extiende sobre una franja de 15 Km paralela al mar. Desde el elevado Castillo de Bellver podremos ver como la ciudad reposa sobre su preciosa bahía y apreciar como, sobre el horizonte, se eleva su majestuosa catedral de estilo gótico.
El barrio viejo de la ciudad está lleno de estructuras del siglo XVII y el Barrio Pottella, situado detrás de la Catedral, es una de las áreas más interesantes para visitar tanto por su historia como por su arquitectura.
Los orígenes de la civilización en la isla balear se remontan a los tiempos prehistóricos y es así como, en algunas partes de la isla, podremos encontrar misteriosos monumentos de piedra del siglo XIII A.C. Se cree que estos monumentos tenían una función militar y religiosa durante el periodo de la cultura “talayótica”.
Los romanos invaden la isla en el año 123 AC, fundando cuatro ciudades. Una de ellas era Palma. En el año 903 la conquistaría un general árabe conservándose de ellos algunos vestigios monumentales. Ya en 1.229, las fuerzas del rey Jaime I de Aragón recuperan las islas y Mallorca fue declarada reino cristiano independiente.
Durante los siglos XIV y XV, siendo parte del Imperio español, Mallorca disfrutó de prosperidad comercial. La Revolución Industrial, en el siglo XIX, transforma a Mallorca con un aumento importante de su circulación comercial propiciando una economía moderna. Hoy en día, además del comercio del turismo activo y la actividad en el puerto, la agricultura es su segmento principal basada fundamentalmente en el cultivo de olivos, algarrobos y almendras. Sus playas son de una belleza especial, aunque en algunos casos excesivamente explotadas. También es cierto que podremos encontrar lugares tranquilos, más alejados, donde disfrutar de su blanca arena, a la sombra de un pino, y observando tanto el mar como la montaña.
Nuestra visita por la ciudad
Como apunte previo debo indicar que los detalles de esta crónica se circunscriben a una rápida visita de la ciudad. Desembarcamos a las 12 de la mañana así que no había tiempo que perder. Desde el barco nos vendían billetes de bus para acercarnos al centro a un precio de 6 euros y otros tantos de vuelta. Algo ridículo cuando el bus municipal (Línea 1-Centro), con parada en la estación marítima, tan solo costaba 1,25 euros. Así que, al bus. Ya en el centro (éramos cuatro personas) tomamos un taxi para subir al Castillo de Bellver (10 euros) y otros 10 euros para entrar, los cuatro, al castillo. De regreso, al centro, de nuevo el bus (Línea 3), así de fácil.
El Castillo de Bellver.
De estilo gótico mallorquín y construido a principios del siglo XIV, se ubica sobre un monte a 112 metros sobre el nivel del mar, en una zona rodeada de bosque. Las vistas de la ciudad son extraordinarias y la cámara de fotos no dejaba de funcionar.
Construido por Peré Salvá, es una fortaleza defensiva de una poco frecuente elegancia gótica con unas blancas almenas circulares. Se encuentra bastante reconstruido y en su interior alberga un museo con una valiosa colección de piezas clásicas que nos hacen recorrer por la historia de la isla. Es posible, por un módico precio, contratar los servicios de un guía local.
La Catedral.
Nos encaminamos a ella, desde la avenida Jaime III, paseando plácidamente por el Paseo del Borne. Es el corazón del casco antiguo de la ciudad y una de las calles más animadas. A su derecha e izquierda confluyen calles medievales adornadas de palacios del siglo XIX, con influencias italianas. Este boulevard, estilo rambla, nos lleva directamente a la joya de Palma. Aviso importante: cuidado con los/las “carteristas” que te quieren leer la mano o vender cualquier manojito de planta. Son rapidísimas y te pueden aguar la fiesta.
La Seu, como se la conoce por los mallorquines, es el principal edificio religioso de la isla de Mallorca y, quizás, el signo más distintivo de Palma. Construida entre los siglos XIV y XIX, es un templo de estilo gótico construido a la orilla de la bahía y sobre las murallas árabes que protegían la ciudad. La reconstrucción del interior contó con el talento creativo de Gaudí añadiéndole originalidad. Tiene el mayor rosetón del mundo gótico y una de las naves de mayor altura del gótico europeo. Realmente es impresionante. Se la conoce también como la Catedral del mar (muy cercano); la del espacio (la que con menos piedra cuenta con más espacio) o la de la luz (dispone de 87 ventanales y 7 rosetones)
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Destaca la Puerta del Mirador, enfrente al mar. Fue diseñada por el arquitecto Guillén Sagrera, autor también de la Lonja. Ya dentro, sobresalen sobre todo la Capilla Real y la Capilla de la Trinidad. Sin embargo, en su ábiside lateral derecho, es la Capilla del Santísimo la que se puebla de visitantes para observar la reciente creación (2001-2006) del pintor Miquel Barceló. Sobre gustos no hay nada escrito pero la pared cerámica policromada, obra del artista, no va –en absoluto- con la riqueza gótica de la Catedral. Sin embargo, doctores tiene la Santa Madre Iglesia. El Museo Catedralicio, alberga una ingente cantidad de obras barrocas y de cálices dorados, o sea, de oro. Por cierto el precio de entrada a la Catedral en su visita turística es de 4 euros.
La Almudaina
Muy cerca de la Catedral, el Palacio Real de la Almudaina se construyó sobre el desaparecido Alcázar musulmán, siendo la residencia de los primeros reyes mallorquines. Actualmente es la residencia de la Familia Real Española como residencia oficial para ceremonias de Estado y recepciones durante el verano. Rercoge en sus muros la historia de la isla desde los asentamientos megalíticos. Su estructura actual corresponde a la construida en el siglo XIV mostrando diferentes espacios entre los que se destacan los palacios del Rey y de la Reina, la capilla de Santa Ana o las salas de baños.
Tuvimos ganas de comer.
Nos dejamos llevar por el pequeño y apasionante laberinto de callejuelas a las espaldas de la Catedral hasta llegar a Plaza Cort. Observamos los bellos edificios de los palacios de Colom, Villalonga y el de Oleza, así como el Palacio Arzobispal, la Iglesia de San Francisco y los Baños Árabes. En Plaza Cort, nos encontramos con el Ayuntamiento dónde observamos su original tejado y su fachada del siglo XVII. Acto seguido nos encaminamos a Casa Julio. Situado en una estrecha y pequeña calle, Previsión nº 4, nos sirvieron un estupendo menú de 2 abundantes platos, bebida y postre por tan solo 8,50 euros. La bebida aparte, así que indicaros que una caña-tubo costaba 1,50 euros. Muy recomendable.
Y de allí, atravesando la Plaza de Santa Eulalia para después dirigirnos a Plaza Major (Mayor), no podía faltar el famoso helado artesanal mallorquín y sus ensaimadas.
Os descubro el secreto porque merece la pena. Ca´n Joan de S’aigo, fundada en el año 1.700 (leéis bien: 1.700) elabora las mejores ensaimadas de Palma de Mallorca. Se ubica en el Carrer de Can Sanc, número 10, y ya la decoración del local nos incita a saber que lo que allí se sirve es de calidad. Tres helados servidos en un vaso de cristal, 1 café y 2 pequeñas ensaimadas= 8,50 euros. Sin comentarios.
Llegamos a Plaza Mayor, llena de puestos ambulantes y terrazas, donde poder descansar un rato. A través de uno de sus arcos descendemos por unas escaleras accediendo a la Plaza Weyler donde se encuentra la Fundación La Caixa, junto al modernista Gran Hotel, que nos ofrece una bella fachada. Ya en el cruce del Paseo del Borne con Jaime III, calles comerciales y por tanto siempre muy concurridas.
Debíamos regresar a la Estación Marítima para embarcar de nuevo y en nuestro recorrido aprovechamos para visitar el barrio de Puig de Sant Pere, localizado a la derecha del Paseo del Borne. Es otro de los barrios antiguos de la ciudad y su estructura más famosa es la Lonja. Construida en el siglo XV es otra de las obras maestras de la arquitectura gótica. Hoy en día es el Museo de Bellas Artes y tanto su interior como su fachada son de una bellísima factura. En el Puig de San Pere también podemos visitar la Iglesia de Santa Cruz, un edificio del siglo XIV sobre una cripta del siglo XIII y el Palacio de Montenegro.
No nos dio tiempo para visitar el Pueblo Español ni tampoco, por el poco tiempo del que disponíamos, a realizar alguna excursión para conocer el interior de la isla. Lo dejamos para otra visita pero que sepáis que no nos olvidamos de Andraitx, Valldemosa, Soller, Pollenca, Formentor, Biniaraix, Alcudia, Manacor, o las Cuevas del Drach, porque Mallorca, ciudadanos viajeros, es mucho más.
Enlaces de interés
Callejero de Palma de Mallorca
El tiempo en Palma de Mallorca
Guía de visita de la Catedral
Portal oficial de turismo de las Islas Baleares
Me encantó Palma de Mallorca. Has hecho un magnífico trabajo muy laborioso. Te mereces un 20. Besitos ciudadano viajero.
ResponderEliminarMe gusta viajar contigo disfruto y aprendo,no se puede pedir mas.
ResponderEliminarGracias volveré por otro pasaje.
Besos.
Gracias Nuria,
ResponderEliminarBien sabes que en este trabajo también colaboras tú (como reina acompañante, jajaja) es broma....
Un besito cielo.
Hola Geni,
ResponderEliminarCuanto tiempo sin saber nada de tí. Me alegra de verdad que no me hayas perdido la pista y sobre todo tu generoso comentario.
Muchas gracias, vuelve cuando quieras, por supuesto ciudadana.