La magia, el colorido de las luces y
el olor a castañas, chocolate y churros inundan las principales plazas de
Madrid en estos días. Llega la Navidad y por ende sus tradicionales
mercadillos.
Será
por el transcurso de los años pero, cada vez que me he trasladado a Madrid, mi
ciudad natal, siempre me sale la misma frase: “este no es mi Madrid, que me lo
han cambiado”. Es la
consecuencia lógica del desarrollo de una gran ciudad, villa y corte, máxime
cuando me alejé físicamente de ella hace ya casi cuarenta años. Sin embargo hay
cosas que, por muy transcurrir de los tiempos, nunca fallan; están ahí con la
misma esencia de antaño y eso es lo que le ocurre al principal Mercado de Navidad de Madrid, el de la
Plaza Mayor.
Está
de moda, y me parece muy bien, viajar al extranjero para visitar sus mercados
de Navidad; Brujas, Amberes, Bruselas, cualquiera de las ciudades alemanas:
Nuremberg, Berlín, Rostock… nos van a mostrar peculiaridades de la zona,
evidentemente algo diferentes a las nuestras. Pero, Madrid no es menos, y en
ese periodo de Adviento, lo que supone las cuatro semanas anteriores a la
Navidad, la Plaza Mayor acoge el mercadillo de Navidad, posiblemente, más
antiguo de España.
La
Plaza Mayor, la plaza de mayor
belleza de la capital, queda ocupada por más de un centenar de casetas en la
que se exponen y venden cualquier tipo de producto relacionado con la Navidad.
Estando también próximo a estas fechas el tradicional día de los Santos
Inocentes (28 de diciembre), más de una decena de casetas, que se instalan en
la aledaña Plaza de Santa Cruz, se especializan en los artículos de broma.
Las
castañeras te ofrecen el tradicional cucurucho de papel para degustar las
castañas, aunque a veces tu compra no sea auspiciada por su clásico olor sino,
más bien, por calentarte las manos por mor del frío; las figuritas y el musgo
para el belén, los adornos del árbol, el propio árbol, todo ello se realza con
el colorido de las luces instaladas que cubren toda la plaza y la música del
tío-vivo ubicado en una de sus esquinas. Un mercado que data de mediados del
siglo XIX y que, junto a un buen chocolate con churros, es cita ineludible si
visitas Madrid en estas fechas.
Ya
hemos mencionado el aledaño de la Plaza
de Santa Cruz, que se puede considerar una extensión del de la Plaza Mayor.
Allí encontrarás cualquier artículo de broma.
Los
peques se lo pasarán en grande en las pistas de hielo instaladas en Plaza de Callao o en la del Palacio Real, en la Plaza de Oriente o visitando los
belenes de la misma Plaza Mayor, Cibeles o de la Puerta del Sol. Tradicional es
el montaje para los pequeños a espaldas del Corte Inglés, Cortylandia; la muestra de artesanía en Plaza de España, de Santo Domingo y la de Jacinto Benavente así
como también la de dulces navideños en la Plaza
de Isabel II, popularmente conocida como Ópera.
Un clásico sin duda, y Cortilandia en especial marcado en mi infancia, hasta los 10 años iba cada año a ver el show :)
ResponderEliminarQue no se diga que aquí no tenemos mercados navideños espectaculares.
Jajaja estaba seguro, José Carlos, que la cita de Cortylandia iba a traer algún que otro recuerdo. Aún siendo netamente de carácter comercial, veté tú a contarle eso a un niño. Son muchos años ya los que se lleva instalando ese mural-espectáculo; los niños de antes, hoy son padres y llevan a sus hijos; algunos, ya abuelos pero es un clásico dentro del ambiente navideño de Madrid? Gracias por tu comentario y tu aceptación al artículo. Salud, ciudadano viajero.
EliminarMe gusta ir a Madrid en navidad, bueno, me gusta ir siempre, pero cierto es que en estas fechas no le tiene envidia a ninguna capital europea en cuanto a adornos navideños, es más, me han decepcionado en ese aspecto algunas como Roma o París. Este año no va a poder ser, a ver si las navidades 2015 me llevan por allí. Un abrazo y felices fiestas
ResponderEliminarAunque sólo sea por aquello de conservar tradición y visitar algún rincón nuevo merece la pena volver al mercadillo ..."por Navidad". Besitos mi ciudadano viajero...también en Navidad
ResponderEliminarConfieso que desde mi época de estudiante en Madrid (te hablo 1972) no he vuelto al mercadillo de la Plaza Mayor, y tu publicación me da pié , amigo JM, para recordarmelo, así que el próximo año, si no hay nada de fuerza mayor que lo impida, haré lo posible para visitarlo, y por supuesto pasar unos días. Saludos ciudadano viajero
ResponderEliminarConfieso que desde mi época de estudiante en Madrid (te hablo 1972) no he vuelto al mercadillo de la Plaza Mayor, y tu publicación me da pié , amigo JM, para recordarmelo, así que el próximo año, si no hay nada de fuerza mayor que lo impida, haré lo posible para visitarlo, y por supuesto pasar unos días. Saludos ciudadano viajero
ResponderEliminarConfieso que desde mi época de estudiante en Madrid (te hablo 1972) no he vuelto al mercadillo de la Plaza Mayor, y tu publicación me da pié , amigo JM, para recordarmelo, así que el próximo año, si no hay nada de fuerza mayor que lo impida, haré lo posible para visitarlo, y por supuesto pasar unos días. Saludos ciudadano viajero
ResponderEliminarConfieso que desde mi época de estudiante en Madrid (te hablo 1972) no he vuelto al mercadillo de la Plaza Mayor, y tu publicación me da pié , amigo JM, para recordarmelo, así que el próximo año, si no hay nada de fuerza mayor que lo impida, haré lo posible para visitarlo, y por supuesto pasar unos días. Saludos ciudadano viajero
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