Por José Manuel Beltrán.
El
Yangtzé es un gran río, poco o nada hay que discutir sobre ello. La
construcción de la Gran Presa de las Tres Gargantas, de la que ya dimos cuenta
en otro anterior artículo y que podéis consultar aquí, hizo elevar el nivel de
las aguas en muchos tramos de su recorrido provocando que, lo que antes eran
simples arroyos de imposible o difícil navegación, se convirtieran en afluentes
o corrientes que se adentran entre parajes rocosos de indudable belleza.
La
exposición y explotación al turismo de esta parte del Yangtzé ha dado lugar a
que pequeñas embarcaciones, casi diría que de recreo, afloren a nuestros ojos
la belleza de la naturaleza.