por José Manuel Beltrán.
Florencia, Roma, Berlín, Venecia, Barcelona,
Milán… y, a partir del 31 de marzo, Dubái se incorpora al grupo de ciudades en
la que rige esta tasa turística.
Quizás los petrodólares no den para más; quizás no sea
suficiente que los turistas hagan ya gasto en restaurantes, museos, grandes
almacenes, atracciones turísticas y medios de locomoción. Sí sabemos, es
cierto, que una parte de ese gasto no se efectúa directamente en el país a visitar.
Los paquetes organizados por los mayoristas, los billetes de avión, incluso
determinadas excursiones son ya prepagadas en origen. Aún así, el gasto pér
capita en la ciudad que se visita es alto.
Dubái, ciudad y capital del emirato de su mismo nombre, ha
crecido espectacularmente en los últimos años en su desarrollo turístico. Se ha
convertido en un destino de moda para muchos pasajeros, incluso para aquellos
que utilizan su aeropuerto como tránsito hacia Asia. Las últimas estadísticas
publicadas indican que más de 10 millones de turistas la visitaron en 2.013.
Las expectativas, de cara a 2.010, hacen doblar esa cifra.
Todo este
potencial, que sinceramente no logro entender como beneficia al desarrollo y
crecimiento –en lo que a turismo se refiere-, se verá ahora “reforzado” por
unos ingresos, en lo que ya se denomina “dirham turístico”. El importe
variará desde 1,40 a
4€, por viajero y día, dependiendo de la categoría del hotel o apartamento. ¡Solo
queda multiplicar!.
Bruselas, Venecia, Milán, Florencia, Berlín, Islas
Baleares, Barcelona…y, ahora, Dubái. No comparto, en ningún caso, esta tasa; es
más no comparto, sobre todo, la forma en que se efectúa su pago: directamente
en el hotel, en la mayoría de los casos, sin que uno no llegue a saber
exactamente dónde va a parar este sobrecosto. De ser aceptado, que por otro
lado el turista poco puede hacer, lo lógico sería tenerlo ya incrementado en el
precio del establecimiento, eso sí, con el detalle informativo en la factura.
Lo malo es que esta medida se pueda ampliar a restaurantes, espacios de ocio,
medios de locomoción, etc… ¿Afectarán estas medidas a nuestro deseo de seguir
viajando?. Sinceramente creo que no, pero en vuestras manos, ciudadanos
viajeros, dejo la pregunta. ¿Tú que opinas?.
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