miércoles, 25 de septiembre de 2013

Erice y Trapani (Sicilia)

Vista de Trapani desde el funicular a Erice
por José Manuel Beltrán.

Ciudad de La Paz y de la Ciencia. Una magnífica atalaya desde donde admirar el Mar Tirreno.


Los cruceristas que atracan en Trapani, y los que no lo son, tienen una excelente oportunidad de retrotraerse al medievo una vez que, atravesada una de sus puertas principales –en este caso la de Trapani- descubren Erice, que dista tan solo 14 Km. de la capital de la provincia, al noroeste de la gran Sicilia.
Puerta de Trapani
En mi opinión, imprescindible en cualquier organización de viaje que se quiera hacer a Sicilia, para llegar a Erice –que por cierto su nombre, Eryx, deriva del sículo-itálico y significa “Monte”, se nos abren dos posibilidades, totalmente diferentes pero de gran belleza, y que nos servirán para ascender los 751 metros de altura del Monte San Giulano, desde la capital de la región, Trapani.

Nosotros lo hicimospor medio de su funicular (Funivia de Erice en www.funiviaerice.it/ ), después de tomar un taxi en el mismo puerto de Trapani y que nos permitió deleitar nuestra vista por encima de las laderas que van dibujando las islas Egades sin perder de rumbo, al frente, la capital. Otra opción sería el ascenso en coche desde Trapani, haciendo un zig-zag por los 14 km. de su estrecha carretera y que ofrece panorámicas del mar y sus bahías difíciles de olvidar.

Chiesa Matrice
Citada por Virgilio en la Eneida, habitada desde el Paleolítico Superior, colonia cartaginesa hasta finales del 260 a.C., romana, dominada por los árabes y normanda, fue con Ruggero II cuando la ciudad alcanza su máximo esplendor a partir de 1.167. A partir de su calle principal, Vittorio Emanuele II, la ciudad se vertebra en un enjambre de callejuelas sobre las que después se fueron edificando murallas, iglesias, palacios. Además de su puerta principal, la de Trapani, formando un triángulo, aparecen sus otras dos entradas: la Puerta de Spada y la de Carmine.

Plano de Erice
Procura ir con calzado cómodo porque sus calles, empedradas y empinadas, te conducirán en perfecta armonía hasta su punto más alto, la atalaya donde se alza el Castillo di Venere. Lugar de culto y veneración de la diosa del amor y la fertilidad. Astarté fue llamada por los fenicios, Afrodita para los griegos y la respetada Venus para los romanos. Desde esta altitud, y en días despejados, se podrá observar más allá del Mediterráneo las costas de Túnez e, incluso, el volcán Etna, sin descartar a Valderice en un precioso valle que se abre hacia el golfo Castellammare y al más pequeño de Bonagia, a su izquierda.


Antes de llegar a la Piazza Umberto, centro neurálgico de la población, y siguiendo el curso de Vittorio Emanuele II, a la izquierda se encuentra la Chiesa Matrice que se erige sobre una pequeña explanada. Erigida en torno a 1.314, en el reinado de Federico II de Aragón, la fachada conserva un estupendo pórtico gótico que se contradice con los trabajos de reestructuración interior de 1.865. Llama la atención la posición de su campanario, independiente de la iglesia, y que probablemente vino a ser una torre de defensa o vigilancia. En su interior destaca una bella Maddona col Bambino (Virgen con el Niño) atribuida a Domenico Gagini..


Erice te invita a andar pausadamente en un recorrido de callejuelas para admiración de su patrimonio arquitectónico y artístico. Así se descubre el Museo Cordici, que conserva un busto de Afrodita del siglo IV a.C.; la Iglesia de San Salvador; la Piazza San Doménico, las iglesias de San Giuliano y de San Martín o la de Santa Ursula.

Castelo di Venere
Ya cerca de los castillos de Pepoli, que al estar gestionado de forma privada solo te permitirá una visita parcial, haremos un descanso en Giardino di Balio, jardines comunales, donde sus vistas te invitan al descanso. El Castello di Venere, en estado ruinoso, nos ofrece otras vistas inmejorables del valle sabedores que nuestra parada y fonda en Erice ha valido la pena y desde donde podrás sacar bellas fotografías.

Pero, ¿por qué digo fonda, si no hemos parado a comer?. Posiblemente no tendréis tiempo a degustar sus platos típicos pero lo que si es cierto es que sería imperdonable no visitar cualquiera de sus pastelerías. Allí, sus dulces de almendra y mazapán te harán restaurar las fuerzas bien empleadas en recorrer esta singular localidad.

Descendemos a Trapani en el mismo funicular, nos adentramos desde
Pastelería en Erice
la Piazza Garibaldi, a pie de puerto, dentro de la capital recorriéndola tranquilamente a pie; pero este será otro artículo. De momento, hemos disfrutado de Erice con salud, la misma que a ti te deseo, ciudadano viajero.     

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2 comentarios:

  1. Un relato muy interesante con referencias históricas de interés. Besitos ciudadano viajero

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  2. Gracias, Nuria. Tu bien sabes que lo contado siempre es real.

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